miércoles, 25 de marzo de 2015

Pantone humano: ¿por qué las personas tenemos diferentes colores de piel?

Desde el punto de vista funcional, la piel es el órgano más grande del cuerpo. Está formada por dos capas: la epidermis, la más superior, y la dermis, inmediatamente inferior y que aporta la irrigación sanguínea y los nervios sensitivos a la piel. Recubre toda nuestra superficie y se cuela por nuestros orificios tapizándolo todo para protegerlo de los roces mecánicos, de las agresiones químicas, de la invasión de patógenos, de pérdidas de agua... es el órgano que nos permite sentir pinchazos y caricias, temblores, calor, frío... y de ella derivan nuestro pelo, nuestras glándulas del sudor y nuestras uñas. Estamos envueltos por ella y sus accesorios de una forma increíblemente personalizada.

La piel es lo primero que vemos de una persona. Las hay más o menos delicadas, más o menos peludas, más o menos suaves, con más o menos pecas, más o menos granos... y de cientos de matices distintos. El color de la piel no sólo varía de persona a persona, sino que puede cambiar entre unas partes del cuerpo a otras y a lo largo del año. Pero, ¿a qué se deben todas estas diferencias?

Antes de entrar en materia, es interesante señalar que todas estas funciones de la piel son posibles gracias a que, curiosamente, toda su superficie está muerta: la epidermis (que es lo que nosotros acariciamos) es un epitelio de muchas capas de células que, a medida que maduran, van acumulando cantidades ingentes de queratina, una proteína que termina por sustituir el resto de su contenido celular. Cuando han llegado a la superficie éstas células se han convertido en simples escamas resecas llenas de queratina que se desprenden. Sólo permanece con vida la base de la epidermis, donde se asienta una capa de células que se están dividiendo constantemente; la producción de nuevas células empuja a las células de los estratos superiores, donde el proceso de transformación se va acentuando hasta que no queda nada más que queratina. La regeneración continua debida a la producción de células epidérmicas en la base y la descamación en la superficie es un gran mecanismo de defensa mecánica; cada día nos desprendemos decenas de millares de células de la piel y a no ser que se produzca un corte, la epidermis muerta es una barrera sumamente eficaz para la mayoría de microorganismos del ambiente.


Para analizar los distintos colores de la piel vamos a empezar por la causa principal, que de nuevo está relacionada con la protección. Cada verano estamos avisados de que el riesgo de quemarse bajo el Sol es mayor y por lo tanto debemos protegernos con cremas. Este quemado no lo realiza la luz que vemos, sino una radiación que nuestros ojos son incapaces de captar: la radiación ultravioleta, cuyas ondas son más energéticas que las ondas de luz normal y por lo tanto son capaces de producir daños nivel de las membranas celulares y del ADN al incidir sobre ellos. El mecanismo que nuestro cuerpo ha desarrollado a lo largo de la evolución para intentar paliar el efecto de los rayos UV es la producción demelanina, que recibe el daño de la radiación para proteger las estructuras verdaderamente importantes.

La melanina es un pigmento que se sintetiza a partir del aminoácido tirosina (que también se utiliza para producir proteínas) en unas células especiales de la epidermis llamadas melanocitos, de origen nervioso, que se encuentran salpicados en la base de la epidermis y que emiten una serie de prolongaciones entre las células moribundas para pigmentarlas. Las diferencias de color entre las distintas partes del cuerpo se deben a lasdensidades de población de melanocitos en cada parte. 

El grado o equilibrio entre la síntesis y degradación de la melanina es lo que otorga a un individuo la parte más significativa de su color de piel. La enfermedad degenerativa conocida comovitíligo, a modo de curiosidad, está relacionada con la muerte de los melanocitos en zonas concretas de la piel, de manera que aparecen zonas donde no se puede producir melanina y por tanto aparecen como grandes manchas claras en mitad de la piel pigmentada.

La producción y destrucción de la melanina viene determinada por la expresión de unos pocos genes que actúan de manera conjunta. Todos poseemos estos genes, pero aunque tengan en todas las personas la misma función no quiere decir que trabajen todos igual, es decir, hay versiones más eficaces y versiones menos eficaces (o directamente defectuosas), lo que en genética se conoce como alelos de un gen. Son los diferentes alelos y sus acciones sinérgicas sobre el mecanismo enzimático las que determinan el fenotipo o resultado final. Cuando se hace un análisis de ADN (por ejemplo, para determinar la paternidad o para determinar si el ADN de un sospechoso coincide con ADN encontrado en la escena de un crimen) lo que se analiza no son los genes (ya que todos los seres humanos poseemos presumiblemente los mismos genes para las mismas cosas y en general en las mismas localizaciones y mismo número de copias), sino los alelos, las diferentes versiones mutantes de dichos genes.

Según esto, podemos deducir un modelo para empezar a entender cómo puede funcionar, en principio, la herencia del color de piel. El más habitual se construye basándonos tan solo en tres genes (llamémosles A, B y C) cada uno con dos versiones (dos alelos: mayúscula funcional, minúscula no funcional). Cuantos más alelos funcionales (dominantes) posea una persona, más oscura será su piel, mientras que cuantos más alelos no funcionales (recesivos) tenga, más clara. El caso más extremo sería el albinismo(representado en nuestro esquema por el genotipo aabbcc), en el que la melanina no se sintetiza.







En realidad esto es solo un modelo simplista; el mecanismo coloración de la piel sigue guardando misterios. La principal dificultad en el estudio de estos caracteres es determinar cuántos pares de alelos están realmente en el ajo, pero vemos que con sólo tres de dos versiones de cada uno tenemos un abanico interesante de tonalidades. La cosa se complicaría bastante más si pensáramos que existen más de dos alelos distintos para algún gen...

Como ya sabes, además, la piel cambia de color en verano cuando tomamos el Sol: la radiación ultravioleta incidente aumenta los niveles de estrés en las células de la piel que producen la oxidación del pigmento (con lo que éste se oscurece) y a la vez la inducción de su síntesis. La gente con la piel muy clara lo suele pasar peor en ese sentido ya que su capacidad de producir y mantener la melanina es notablemente reducida y se quema con mucha más facilidad en vez de broncearse. 

Teóricamente, la piel clara ofrecería la ventaja, en regiones donde la radiación solar no es tan agresiva, de favorecer la producción de vitamina D a partir de colesterol, para lo cual se necesita la absorción de una pequeña cantidad de radiación ultravioleta (absorción que se vería bloqueada por una cantidad elevada de melanina en la piel). La necesidad de vitamina D para el crecimiento sano de los huesos habría favorecido que en las zonas donde hace más frío y los días son menos intensos se perdiera parte de la pigmentaciónpara favorecer esta producción complementaria de vitamina, mientras que en las regiones próximas al Ecuador, donde prima la protección contra los rayos UV, se habría mantenido la piel oscura.

Además de la melanina, el color de la piel también está influido (sobre todo de nuevo en las personas con piel poco pigmentada) por el grosor de la epidermis, por los carotenos ingeridos en la dieta y por el nivel de irrigación sanguínea cutánea. Un caso muy evidente es cuando nos avergonzamos y la piel de nuestra cara cambia a color rojo debido al aumento de flujo sanguíneo. Cuando nos damos un golpe y nos sale un moratón, los diferentes colores que muestra la piel de nuestra zona dañada se debe a la degradación progresiva de lahemoglobina (la proteína que transporta el oxígeno y que da el color rojo a la sangre) dispersada en el derrame.

Aunque no son un fenómeno natural, si además tienes tatuajes es curioso mencionar que el color que le dan a tu piel no se borra a corto plazo porque la tinta ha quedado localizada en la dermis profunda, donde el recambio celular es mucho menor y más lento que la epidermis, de tal manera que lo que se ha coloreado no es tu epidermis, sino el tejido conjuntivo subyacente. Aun así, los efectos no son inmutables ya que este sigue siendo un tejido vivo que cambia con el paso de los años.

La conclusión con la que estaría muy bien que te quedaras de este artículo es que el mundo no está dividido en blancos ni negros, sino que entre los dos tonos hay una explosión de colores, tamaños y formas como consecuencia de que, como todo sistema biológico, lo natural entre las poblaciones es la heterogeneidad, la diversidad resultado de la variación inevitable en los genes y de la selección natural de éstos, dando como resultado una adaptación al entorno. La melanina es un pigmento protector que una persona necesita y fabrica en la superficie de su cuerpo para protegerse frente a la radiación dañina del Sol y en función de eso han aparecido multitud de gamas cromáticas conforme los seres humanos han migrado y colonizado todas las latitudes a lo largo de los miles de años que llevamos existiendo. Durante siglos se ha asociado el color de la piel como un signo identificador de razas y de ahí cada color de piel se ha marcado con muchas etiquetas sociales de las que la melanina y las densidades poblacionales de melanocitos no tienen la culpa. No existe, pese a lo que durante siglos se ha querido hacer creer a base de odio, una raza naturalmente "superior" ni "mejor" ni "inferior" ni "peor"... sólo genética, medioambiente y muchos colores.

Extraído de:   http://todaunaamalgama.blogspot.com.es/2014/06/pantone-humano-por-que-las-personas.html?m=1

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